Blog

Existe una moda o corriente que ha ido creciendo a lo largo estos últimos años, comer sano y aprender a tener consciencia sobre qué y como comemos. A raíz de esto, muchas personas han empezado a investigar sobre los alimentos, verduras, hortalizas, frutas…

En una investigación reciente, llevada a cabo por el equipo de Minna Rahnasto-Rilla, de la Universidad del Este de Finlandia, se han descubierto datos muy interesantes sobre las bayas y sus componentes químicos.

Cuando hablamos de las bayas, hablamos de alimentos como la grosella negra y arándanos en los cuales podemos encontrar antocianinas, que incrementan la función de la enzima sirtuínia 6 en las células cancerosas. La regulación de esta enzima podría abrir nuevas vías para el tratamiento del cáncer.

Este tipo de enzimas regulan la expresión de genes que controlan la función de las células a través de vías celulares esenciales. La sirtuínia 6, es de las menos conocidas pero la que está más vinculada con el metabolismo de la glucosa.

En la investigación, se ha comprobado que la cianidina, una antocianina abundante en los arándanos y la grosella, incrementaron los niveles de la enzima en células cancerosas humanas, algo que perjudica dichas células. Por otro lado también se descubrió que disminuía la expresión de los genes cancerosos Twist1 y GLUT1, aumentando al mismo tiempo la expresión celular del gen supresor de tumores FoXO3.

Los científicos diseñaron a raíz de esto un modelo informático que les permitió predecir como regular la enzima sirtuínia 6 diferentes flavonoides vegetales.  Gracias a esta investigación y a sus resultados, ponen los cimientos para el desarrollo de nuevos fármacos que regulen la función de sirtuínia 6 para combatir del mejor modo posible al cáncer.

Los cuatro pigmentos más importantes y sus características, que podemos encontrar en este tipo de alimentos son:

• La Malvidina, que es la más relevante. Este pigmento es responsable de la coloración oscura del vino tinto y del color oscuro azulado del arándano.
• Delfinidina, en segunda posición. Resposable de los tonos azulados de algunas flores como las violetas o como el tono de un vino Cabernet Sauvignon.
• Cianidina, la cual ya hemos mencionado antes y el tercero más importante. Aparece en la piel de muchas frutas y hasta en algunas hortalizas como el repollo rojo.
• Peonidina, último pigmento que está presente en muchas bayas y varía el tono según el ph.