El alcohol bencílico es un conservante suave muy utilizado en cosmética natural. Una alternativa ecológica a parabenos, fenoxietanol o donadores de formaldehido que además está aprobada, entre otras, por las reconocidas certificadoras ECOCERT y BDIH.

Se utiliza mayoritariamente como curador. Se encuentra naturalmente en muchas plantas y frutas como el jazmín, el ajo y el Ylang-Ylang, o el albaricoque, la almendra, la manzana y la grosella negra. Es uno de los pocos conservantes autorizados por Ecocert por lo que es ampliamente utilizado en cosmética ecológica.

Este tipo de alcohol se trata de un antibacteriano de amplio espectro, antifúngico y activo a PH neutro, ya que altera el potencial eléctrico de la membrana celular de los microorganismos evitando su desarrollo. De ahí su uso para aplicaciones cosméticas ya que su principal función es prevenir la contaminación microbiana durante la fabricación, almacenaje y uso cotidiano del producto.

ALCOHOL BENCÍLICO, CONSERVANTE NATURAL

Al ser un conservante natural, completamente inocuo para la salud, su uso cada vez está más extendido en cosmética natural, bio y eco como sustituto de los parabenos.

Los parabenos son potentes conservantes de amplio espectro, muy eficientes como fungicidas y bactericidas por lo que tienen una función conservante y protectora. El 90% de los parabenos que se utilizan son sintéticos y la mayoría de ellos provienen del petróleo. Aunque estan catalogados por las autoridades sanitarias europeas como sustancias de baja toxicidad, las alarmas saltaron cuando en 2004 un estudio llevado a cabo por oncólogos en la University of Reading, en Edimburgo, en mujeres con cáncer de mama, revelaba altas concentraciones de estos parabenos en un elevado número de las biopsias. A este estudio siguieron otros que demuestran que estos tóxicos imitan la acción de las hormonas femeninas e interfieren en el sistema endocrino, forman parte de los archiconocidos disruptores endocrinos. Por ello, están implicados en el desarrollo de cáncer de mama.

En este sentido, en octubre de 2014 la Comisión Europea prohibió el uso de 5 parabenos en cosmética: Isopropilparabeno, Isobutilparabeno, Fenilparabeno, Bencilparabeno Pentilparabeno, ya que no hay suficiente información acerca de sus riesgos por lo que no es posible evaluar su seguridad.

De ahí la necesidad de la industria cosmética de volver a los orígenes y buscar en la naturaleza todos aquellos componentes que ejercen las mismas funciones pero sin afectaciones a la salud, como el alcohol bencílico.