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Ante una emergencia sanitaria como la que nos está tocando vivir, la química es y será siempre nuestro mejor aliado. El simple jabón de manos, las soluciones hidroalcohólicas o la lejía son productos químicos que todos tenemos en casa y que ayudan – y mucho – en la lucha contra este nuevo virus llamado Covid-19.

Hoy en día no nos imaginamos sin usar estos productos, pero hace apenas 150 años, era impensable pensar que la química podría ser la clave a la hora de combatir estos microorganismos tan dañinos. Gracias al uso de desinfectantes y sustancias potabilizadoras pudimos mejorar considerablemente la higiene y salubridad de nuestros alimentos, del agua e incluso de nuestras casas. Y compuestos químicos como el jabón, la lejía o el alcohol han sido en buena parte los responsables de la mejora en nuestra calidad de vida.

Los desinfectantes son nuestra primera barrera protectora contra los patógenos. De ahí que las autoridades no paren de recordarnos durante estos días de pandemia la importancia de lavarnos las manos de manera frecuente. El Covid-19, como muchos otros virus, tiene una capa de lípidos que lo cubre y lo protege. Lavando nuestras manos con jabón eliminamos esta capa grasa que cubre el virus y por lo tanto este queda desprotegido y muere. Las moléculas de surfactante que contiene el jabón están formadas por átomos de carbono capaces de disolver los lípidos que protegen el material genético del virus, dejándolo indefenso.

Estas medidas de protección sirven para evitar contagios, pero para erradicar el virus, o como mínimo evitar que vuelva a provocar otra pandemia mundial, se necesita más química. Si, hablamos de la vacuna que trae de cabeza a la comunidad científica de todo el mundo. Cuanto antes dispongamos de un compuesto eficaz para combatirlo o una vacuna que active nuestros mecanismos de inmunización para protegernos, antes terminaremos con esta situación.

A día de hoy, no hay aún evidencia científica que pueda afirmar la eficacia de ningún medicamento tanto para el tratamiento como para la prevención de esta nueva enfermedad.  Las investigaciones en este campo aun se encuentran en fases muy preliminares por lo que va a ser necesario hacer ensayos clínicos para probar su efectividad real. Hace unos días, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (ARMPS) empezó a distribuir de forma controlada hidroxicloroquina y cloroquina fosfato, después de que algunos estudios asociaran su uso en pacientes con neumonía con unos resultados favorables. Sin embargo, recuerdan que la eficacia de estos tratamientos todavía se está evaluando en varios ensayos clínicos cuyos resultados aun no se han hecho públicos.

Como vemos, una vez más, la química es un elemento imprescindible en nuestro día a día. Los avances en este campo han contribuido, y lo seguirán haciendo, a mejorar nuestro bienestar y a incrementar nuestra calidad de vida. Nadie sabe cuál será la molécula que nos permitirá tratar el Covid-19, ni cuando tendremos una vacuna efectiva. De momento, y a la espera de qué llegue pronto, solo tenemos la certeza de que la ciencia será la herramienta para combatir esta, y otras enfermedades que puedan llegar en un futuro.

#laquimicanosune