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Todos los días somos testigos, muchas veces sin darnos cuenta, de miles de reacciones químicas. Algunas son imperceptibles para el ojo humano, otras muchas pueden resultar sorprendentes.

Una de las más llamativas es, sin duda, la bioluminiscencia. Se trata de la producción de luz de ciertos organismos vivos como consecuencia de una reacción química. La luciferina, una substancia bioquímica, sufre una oxidación que es catalizada por la enzima luciferasa. Se trata de una conversión directa de la energía química en energía lumínica.

La reacción completa se produce en menos de un milisegundo y se mantiene mientras el organismo sigue excitado. Según las distintas especies de animales, la composición química de la luciferasa y de las luciferinas es distinta, por lo que se producen colores diferentes en cada ser vivo.

Es un fenómeno relativamente frecuente en especies marinas aunque también puede ser común en algunos insectos, como por ejemplo las luciérnagas. El hecho de producir luz puede servir para diferentes motivos: para camuflarse, para iluminar, para comunicarse, atraer presas, defensa, reproducción o distracción.

Foto: di-conexiones.com