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Cuenta la historia que allá en el siglo I AC la precursora de la cosmética Cleopatra se sumergía en leche de burra para cuidar su piel, hidratarla y retrasar los efectos de la edad. Y no iba nada desencaminada. El ácido láctico que contiene la leche de burra permite hidratar la piel y darle suavidad, ayuda a limpiar las células de la piel, eliminar las sustancias que mantienen las células muertas en la superficie de la dermis, mejorando su apariencia y dándole un aspecto más joven.

El ácido láctico y la cosmética

Y es que el ácido láctico es una de las sustancias más usadas en cosmética por su poder regenerador. Además ayuda a acabar con las manchas en la cara y reducir las líneas de expresión y los primeros signos de envejecimiento.

El ácido láctico es un ácido alfahidróxido (AHA) que trata de combatir la aparición de granos y arrugas y los beneficios que aporta a la piel son innumerables, entre los que destacan:

– Potencia la producción de colágeno en nuestro cuerpo, lo que es muy recomendable para reafirmar la piel.
– Aumenta el grosor de la dermis, lo que nos permite disfrutar de una piel más suave y firme.
– Tiene acción purificante, limpiando los poros y acabando con las impurezas.

Aunque en su origen los cosméticos que lo utilizaban lo tomaban directamente de la leche, actualmente también se puede obtener de componentes de la naturaleza como de la caña de azúcar o las uvas.

El ácido láctico mejora la elasticidad de la piel

Pero el ácido láctico no sólo limpia la piel, también mejora su hidratación, lo que se traduce en una mayor elasticidad. El ácido láctico estimula la síntesis de colágeno y elastina ya que consigue una penetración más profunda en las capas de la piel, mejorando su estructura y logrando que la piel no pierda agua. Con lo que reduce las arrugas y otros signos de la edad, mejorando la textura de la dermis y su luminosidad.

Sin duda es un ingrediente siempre presente en las cremas de día y de noche por sus innumerables beneficios. Pero, ojo, hay que utilizarlo de forma moderada, ya que en caso de utilizarlo en forma de peeling, lo más recomendable es que se consuma bajo los consejos de un dermatólogo especializado, ya que de lo contrario podrías sufrir enrojecimiento de la piel y daños irreparables en el futuro. Así que, mejor no manipularlo sin tener los suficientes conocimientos.