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¿Tienes manchas en el rostro? ¿Padeces acné? ¿Lo has pedecido y te han quedado cicatrices? ¿Tienes líneas de expresión y no sabes cómo reducirlas? Si tienes éstas u otras dudas relacionadas con la dermis del rostro tu respuesta es: ¡Prueba el ácido glicólico!

Para las que aún no lo conozcan, el ácido glicólico es un ácido natural, procedente de la caña de azúcar y de algunos alimentos, que forma parte de los llamados alfa-hidroxiácidos (AHA) y cuyo principal efecto es la exfoliación de la piel.
Se encuentra dentro del grupo de los ácidos no tóxicos y no se absorbe a nivel sistémico. Se diferencia de los demás porque contiene sólo dos átomos de carbono y por este motivo es único en lograr un efecto de peeling químico, superficial y profundo, es decir, una progresiva exfoliación y adelgazamiento de la capa córnea (capa de células muertas); pero con un aumento progresivo de espesor de la epidermis, de la dermis y del metabolismo celular, de la hidratación cutánea y de una mejor estructura dérmica general.

Gracias a sus propiedades exfoliantes suele incluirse como ingrediente activo en las cremas o geles exfoliantes, ya que actúa destruyendo el “pegamento” que adhiere la piel muerta a la superficie de la piel, ayudando a desprender químicamente esta capa. Además es un ácido ampliamente utilizado tanto por dermatólogos como por cirujanos plásticos y cosmetólogos, ya que ofrece una buena alternativa a la cirugía al borrar arrugas, cicatrices, estrías y acné.

Pero para que conozcáis más profundamente como actúa el ácido glicólico os vamos a mostrar los beneficios concretos que posée:

• Protege el colágeno y la elastina de la piel: El ácido glicólico favorece que la epidermis se remodele completamente.
• Produce un peeling químico y no abrasivo de la piel: Se utiliza para exfoliar la piel progresivamente, eliminando las células muertas que se acumulan en la superficie y favoreciendo la regeneración celular.
• Elimina las manchas: Ya sean aquellas que son producto de la exposición al sol, el envejecimiento cutáneo, el embarazo o el consumo de anticonceptivos.
• Afina la capa córnea de la piel: La deja lisa y suave, a la vez que refuerza sus otros estratos.
• Incremento de la hidratación cutánea: Evita el envejecimiento prematuro y mantiene por más tiempo la humedad y la frescura naturales de la piel.
• Corrige la aparición de impurezas: Controla la producción de grasa en las pieles con acné, disminuyendo el mismo y eliminando el exceso de brillo.
• Reduce las arrugas: Disminuye y rellena las líneas de expresión, como las patas de gallo, las líneas en la frente o en la comisura de los labios, etc. El resultado es una piel visiblemente más joven.
• Sirve para borrar cicatrices y disminuir las estrías.

Aún así, se trata de un ácido y debemos usarlo con cabeza y en las concentraciones adecuadas para nuestra problemática:

Los productos con baja concentración de este ácido se pueden encontrar en tiendas y perfumerías. Su efectividad es limitada, pero se recomienda si nunca antes se ha realizado un peeling químico. Después de su aplicación, es normal sentir cierto ardor o picor en la piel que dura muy poco, resultado de la adaptación de la piel al ácido. Es importante protegerla del sol ya que queda muy sensible y si se expone protegerla con factor pantalla total (aunque lo más recomendable es no empezar nunca un tratamiento con ácido glicólico en verano).

Los productos con ácido glicólico en altas concentraciones es importante que sean aplicados por un profesional. Es esencial elegir con cuidado los productos con ácido glicólico antes de utilizarlos, debido a que en las concentraciones equivocadas podrían ser inefectivos o incluso provocar efectos peligrosos, como quemaduras y abrasiones. Así que es muy importante revisar el porcentaje de ácido que contienen en la etiqueta de la crema adquirida.

Advertencia: Existen personas que no toleran el ácido glicólico, como las que padecen rosácea o dermatitis seborreica, que deben evitarlo durante los brotes activos.