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Hay infinidad de conservantes en nuestros alimentos que velan por retardar el deterioro de los mismos para que podamos disfrutarlos durante más tiempo sin miedo a intoxicarnos por la proliferación de hongos y otras bacterias. Uno de ellos, un gran desconocido químico, es el ácido propiónico, otramente conocido en el mundo de la alimentación como E280.

Este ácido fue descrito por primera vez en 1844 por Johann Gottlieb, que lo encontró entre los productos de la degradación del azúcar. Pero fue unos años después que Jean-Baptiste Dumas lo denominó con el nombre que hoy en día conocemos, ácido propiónico, de las palabras griegas “protos” (primero) y “pion” (grasa) porque era el ácido graso más pequeño.
Se trata de un ácido que se puede obtener de forma natural por fermentación de pulpa de madera y además también se puede encontrar en algunos quesos. No es tóxico o peligroso, aunque debe ser manipulado con precaución y su fuerte olor hace que su uso sea limitado.

Ácido propiónico, conservante alimentario

Aún así, tiene múltiples aplicaciones. La más conocida es la de agente conservante, ya que inhibe el crecimiento de moho y de algunas bacterias. Es por ello que lo encontramos a menudo en quesos, panes de molde, bollería industrial, pasteles, tortillas de trigo, bizcochos, productos cárnicos procesados y piensos.

Gracias a sus uso en estos alimentos se evita que puedan ser alterados por microorganismos que pueden representar un peligro para quienes los consumen. Especialmente cuando hablamos de bacterias tan peligrosas como las que producen la toxina botulínica, que es capaz de resistir condiciones extremas convirtiéndola en una de las sustancias más venenosas responsable de los casos de botulismo que anualmente se detectan en el mundo.

Y aunque existen detractores del uso de conservantes en los alimentos sin duda, los efectos negativos de las alteraciones de los alimentos son motivo más que suficiente para aplicar modelos efectivos que eviten el desarrollo de estos microorganismos como son los conservantes alimentarios como el ácido propiónico.