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Este mes de agosto las desgarradoras imágenes del puerto de Beirut devastado, a causa de una demoledora explosión, dieron la vuelta al mundo.

Aproximadamente unas 2.700 toneladas de nitrato de amonio, que llevaban almacenadas seis años en un silo del puerto sin ninguna medida de seguridad, fueron las causantes de la violenta explosión que se llevó la vida de más de un centenar de personas, además de dejar más de 5000 heridos y miles de personas sin hogar.

El estallido fue tan potente y la fuerza de la nube expansiva tan intensa que llegó a sentirse a más de 240 kilómetros de distancia. Lo que da a entender la peligrosidad de la sustancia que dio lugar a la explosión.

La pregunta es ¿Qué es exactamente el nitrato de amonio y de qué se compone que la hacen una sustancia tan altamente explosiva?

El nitrato de amonio es una sustancia que se utiliza sobretodo como fertilizante por su alto contenido en nitrógeno (que estimula el crecimiento de las plantas). El nitrato es aprovechado directamente por las plantas mientras que el amonio es oxidado por los microorganismos presentes en el suelo a nitrito o nitrato y sirve de abono de más larga duración.

Según explican los divulgadores científicos el nitrógeno no es una sustancia peligrosa en sí misma (cabe destacar que un 78% del aire que respiramos es nitrógeno). Pero, por otro lado, la molécula (N2) está formada por dos átomos de nitrógeno muy fuertemente unidos por un triple enlace. Una unión muy difícil de romper.

Justamente ésta es la razón por la que los compuestos de nitrógeno son tan inestables, ya que romper el enlace químico para realizar el compuesto, requiere mucha energía y esfuerzo. Para que nos hagamos una idea, los compuestos de nitrógeno se usan como explosivos desde hace muchos años.

En este mismo sentido, el nitrato de amonio tampoco es peligroso en sí mismo. Se trata de un compuesto estable que puede almacenarse con tranquilidad. El problema está que en contacto con un chispazo, una llama o al alcanzar temperaturas demasiado elevadas la sustancia reacciona. Los átomos de nitrógeno se unen y forman moléculas de nitrógeno gas y el oxígeno y el hidrógeno hacen lo mismo, produciendo oxígeno y vapor de agua. Es ahí, en ese preciso momento, cuando se origina la explosión como consecuencia de la liberación de energía y la gran cantidad de gas que se acumula y quiere escapar.

De ahí se desprende que las sustancia debió de estar en contacto con algún agente combustible para que estallara ya que no lo hace por sí solo. Por ello al ser un compuesto altamente inflamable necesita unas reglas muy estrictas de almacenamiento: que esté almacenado en un lugar con medidas a prueba de incendios, sin desagües, tuberías u otros canales en los que se pueda acumular el nitrato.

Además, si la sustancia lleva mucho tiempo almacenada, absorbe más humedad lo que lleva a que se apelmace y creé una roca gigante, que al entrar en contacto con un combustible genera reacciones aún más violentas. Esto es lo que se cree que ocurrió en el puerto de Beirut.

Ahora tan solo resta saber qué fue lo que hizo que el material reaccionara de forma tan virulenta: un acto intencionado o un accidente (teoría que parece más probable hasta el momento ya que, según una fuente de seguridad, la explosión se produjo en un lugar del almacén donde se estaba realizando la soldadura de un agujero).