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Sí, ya huele a vacaciones… a la brisa de mar, al frescor de las flores de buena mañana, al olor a tierra mojada después de un aguacero veraniego, a la tranquilidad del “dolce far niente”… Pero… ¿Sabías que todas estas fragancias que relacionamos con el descanso, el relax y las vacaciones están directamente conectadas a la química?

Seguramente todos estos olores agradables que nos transportan a momentos de descanso, especialmente a las vacaciones de verano, son comunes para todo ser humano. Tienen esa potencia en nuestro cerebro que enseguida nos adentra en una placentera sensación de desconexión. Y todo, aunque no lo parezca a priori, es cuestión de química.

Las responsables de estas inconfundibles fragancias

La llamada Emiliana husleyi, una alga unicelular abundante en el mar, es la responsable directa de ese inconfundible olor que notamos cuando estamos en la playa. Este organismo fabrica y acumula en su interior el compuesto químico dimetilsulfoniopropionato, que le sirve para combatir la elevada concentración de sal que tiene el agua de mar.

Pero no es el único organismo vivo responsable de las olores más relajantes de la vida. Tras la lluvia, después de un día de calor, seguro que hemos percibido esa agradable aroma a tierra mojada, que solemos asociar a la vacaciones en la montaña. En este caso, es a la bacteria Streptomyces coelicolor a quin le debemos esa placentera sensación de frescor. Este microorganismo produce una sustancia química, conocida como geosmina, gracias a la actividad de una única proteína, para la que el olfato humano es extremadamente sensible. Como dato curioso, esta bacteria no sólo es responsable del olor a tierra mojada, también es una gran aliada de la medicina, ya que durante décadas nos han servido como auténticas fábricas de antibióticos.

La química está en todas partes, incluso en aquellas pequeñas maravillas de la naturaleza que, gracias a sus reacciones químicas, nos transportan a memorables recuerdos de verano.