El almidón de maíz o también denominado maicena (nombre popularizado por la marca alimenticia) es un polisacárido cuyo origen puede ser natural (a través de plantas) o artificial. Los almidones propiamente son cadenas de glucosa que las plantas utilizan a modo de reserva de energía.

A diferencia de la harina, para su obtención únicamente se usa el endospermo del grano de maíz y no el grano entero, de modo que al molerlo se logra una masa muy fina y rica en carbohidratos. Su uso se relaciona casi únicamente con el ámbito químico y alimenticio, pero en realidad se trata de un producto muy versátil que posee múltiples aplicaciones en otros campos.

USOS EN LA INDUSTRIA

Salud y cosmética: Debido a sus propiedades exfoliantes y absorbentes, se usa como alternativa al talco para controlar la sudoración y eliminar la humedad o para reducir significativamente el exceso de grasa del cabello.

Industria farmacéutica: En las pastillas se usa como excipiente, es decir, todo aquello que no constituye propiamente del principio activo del medicamento pero que es necesario para darle la forma deseada (ya sea en comprimidos, cápsulas…).

Botellas de plástico desechables: El ácido poliláctico (PLA) se elabora (entre otros) a partir del almidón de maíz, y se trata de un plástico degradable a partir del cual se fabrican botellas de plástico desechables.

Industrias varias: Igualmente, es una materia prima muy común en la fabricación de materiales presentes en la industria textil, minera, de adhesivos y pegamentos (debido a su capacidad para espesar) …

USOS DOMÉSTICOS

Quitar manchas de todo tipo: El almidón de maíz es un componente natural muy efectivo para eliminar las manchas de tinta que pueda haber en la ropa sin dañar ni decolorar la tela. Es igualmente eficaz si se quiere limpiar manchas de sangre en tejidos, manchas en tapicerías y alfombras o manchas de aceite sobre piel (como por ejemplo sobre sofás).

Limpiar cristales: Al aplicarlo sobre el vidrio, se consigue que quede reluciente y brillante.

Muebles más relucientes: Si se combina con agua, la maicena es un ingrediente que sorprendentemente permite dar a los muebles más brillo, dotándolos de un aspecto pulido.

Planchar: Mezclado con otros componentes, facilita el planchado y permite eliminar sin problemas las arrugas más difíciles.

Pulir objetos de plata: Devuelve casi inmediatamente el brillo a la plata, dejándola como nueva.