Blog

No hay duda que la música ejerce un potente poder en la personas. Escuchar una melodía puede cambiar nuestro estado de ánimo de un momento a otro, a veces solo con escuchar sus primeros acordes. Todos hemos oído alguna vez la tan famosa frase “la música amansa a las fieras”, y no se trata de un tópico, la música provoca verdaderas reacciones en nuestro cuerpo.

Es curioso, porqué aunque la música se considera la más abstracta de las artes y la química la más concreta de las ciencias, ambas tienen una parte de cada una en ellas.
La historia de la música se remonta a la prehistoria. El ser humano ha escuchado música des de sus inicios, ya sea para rituales, meditación o bien por diversión. Y hoy en día lo seguimos haciendo prácticamente sin darnos cuenta en nuestro día a día, ya sea porque nos apetece escuchar una canción concreta, porqué vamos en coche y nos gusta poner la radio, porque tenemos ganas de desconectar o, simplemente, porqué sí.

Nuestro cerebro puede dividirse en distintas partes que pueden activarse por diferentes estímulos. La ciencia ha estudiado y demostrado que la música es el estímulo humano que más partes de nuestro cerebro puede activar al mismo tiempo.

Más que un estímulo

La dopamina es una de las grandes responsables de estas reacciones. Se trata de una sustancia química que actúa como mensajero enviando señales a otras partes de del cuerpo provocando respuestas. Esta sustancia puede ser producida por varias áreas del cerebro y también la producen otros animales, no es exclusiva de los seres humanos.

La dopamina regula el sueño, la atención y el humor. Niveles anormales de esta sustancia provoca problemas sociales, depresión e incluso enfermedades mentales graves como el parkinson o la esquizofrenia. Por ello se han desarrollado medicamentos específicos para controlar sus segregación en el cerebro: el prozac para cuando se produce en defecto, o la levodopa para cuando se produce en exceso. En este sentido, cabe destacar que algunas drogas basan sus efectos en la segregación de dopamina, como por ejemplo la cocaína, de ahí su poder sobre excitante.

Lo que ha dejado claro la ciencia a través de sus estudios, es que si queremos mantener un buen equilibrio químico en nuestro cerebro de manera saludable, nada mejor que la música o tocar un instrumento. De hecho, ciertos problemas mentales ya se están empezando a tratar con el uso de algunos sonidos que estimulan el cerebro de la forma necesaria. Y muy probablemente en el futuro se seguirán desarrollando en este sentido, explotando el poder curativo de la música en el ser humano.